El romanticismo es un
movimiento cultural y político originado en Alemania y
en el Reino Unido (Gran Bretaña e Irlanda del Norte) a finales del siglo xviii como una reacción revolucionaria
contra el racionalismo de
la Ilustración y
el Clasicismo, confiriendo prioridad a los
sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición
clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad
auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es
incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir
la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y
particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación
se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.
Se desarrolló en la
primera mitad del siglo xix, extendiéndose desde
Inglaterra a Alemania hasta llegar a otros países. Su vertiente literaria se
fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o
el Prerrafaelismo, reunidas en la denominación
general de Posromanticismo, del cual derivó el llamado Modernismo hispanoamericano. Tuvo fundamentales
aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente,
una de las corrientes vanguardistas del siglo xx, elSurrealismo, llevó al extremo los postulados
románticos de la exaltación del yo.
ANTECEDENTES:
La expresión se origina en la palabra francesa
“roman” , o romance, cuya traducción más adecuada sería novela. En realidad, el
adjetivo romántico, tiene un origen bastante anterior al auge del movimiento
del romanticismo, y se vincula a la época final del auge de las novelas de
caballería. Se considera que fue en Inglaterra, hacia mediados del siglo XVII,
que la expresión “romantic” se empleó como una referencia a un tipo de obra
literaria que, por los elementos de ficción y fantasía, resultaba parecida a
las “novelas”, que en esa época eran las pastoriles o de caballería.
Contextos que enmarcan al Romanticismo:
La revolución industrial inglesa (1760-1840), que
desarrolla una clase burguesa y sienta las bases del liberalismo. La revolución
francesa (1789), que proclama los principios de libertad, igualdad y
fraternidad. La revolución americana con su Declaración de Independencia
(1776), que hace de los derechos del hombre su centro y establece la república
como forma de gobierno y al pueblo como fuente exclusiva del poder. Napoleón I
Bonaparte (1769-1821) militar y gobernante francés, general republicano durante
la Revolución y el Directorio artífice del golpe de estado del 18 de Brumario,
que lo convirtió en primer Cónsul de la república en 1799; se proclamo
Emperador Francés en 1804, Rey de Italia en 1805 hasta 1814. Durante su periodo
de casi más de una década, adquirió el control de casi toda Europa Occidental y
Central mediante una serie de conquistas y alianzas.
CARACTERISTICAS:
El romanticismo es una reacción contra el espíritu
racional y crítico de la Ilustración y el Clasicismo, y favorecía, ante todo:
·
La conciencia del Yo como entidad
autónoma y, frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de
capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.
·
Valoración de lo diferente frente a lo
común, lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista.
·
La originalidad frente a la tradición
clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le
hace único.
·
La creatividad frente a la imitación de
lo antiguo hacia los dioses de Atenas.
·
La obra imperfecta, inacabada y abierta
frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.
Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo
fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y
sociabilidad de la Ilustración en el siglo xviii; en ese sentido los héroes románticos
son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don
Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan
cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por
ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo
(mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o
revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la
asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al
Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y
luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando
tanto las historias fantásticas como la superstición.
Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo
diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplas, refranes) y de las literaturas en lenguas
regionales durante este periodo: lagaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura
francesa del siglo xvii, de espíritu clásico y universalista,
difundida por toda Europa mediante Napoleón.
El romanticismo también renovó y enriqueció el limitado lenguaje y
estilo del Neoclasicismo, dando entrada a lo exótico y lo
extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las
antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad
Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.
Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo
instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo
de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el
«yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia
con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de
todo lo relacionado con la Edad
Media, frente a otras épocas históricas.
El estilo vital de los autores románticos despreciaba el materialismo
burgués y preconizaba el amor
libre y el liberalismo en política, aunque hubo también
un romanticismo reaccionario, representado por Chateaubriand, que preconizaba la vuelta a los
valores cristianos de la Edad Media. En Alemania, la deriva reaccionaria, que
incluía una invitación a regresar a la Edad Media, también se dejó sentir en la
obra de algunos de sus máximos inspiradores teóricos, como los hermanos August
Wilhelm y Friedrich Schlegel, aunque su paroxismo se encontraría en
el opúsculo "La Cristiandad o Europa" (1799) de Novalis, tal como prontamente advirtió el poeta
post-romántico Heinrich
Heine en "La escuela
romántica" (1836). El idealismo extremo y exagerado que se buscaba en todo
el romanticismo encontraba con frecuencia un violento choque con la realidad
miserable y materialista, lo que causaba con frecuencia que el romántico
acabara con su propia vida mediante el suicidio. La mayoría de los románticos murieron
jóvenes. Los románticos amaban la naturaleza frente a la civilización como
símbolo de todo lo verdadero y genuino.
Principales autores
del romanticismo (Análisis)
·
Mariano José de Larra
Escribió novelas históricas
y periodísticas. Nació en Madrid el año 1809 y desde joven se dedicó al
periodismo. A los 19 años editó su primer periódico “El duende satírico del
día”. Contrajo un matrimonio prematuro y fracasado con Josefina Wetoret. Luego
se enamoró de una bella mujer casada, llamada Dolores Armijo. Colaboró en los
principales diarios de Madrid, y fue un periodista admirado y popular que
firmaba todos sus escritos periodísticos, normalmente bajo el seudónimo de
“Fígaro”. Comprometido con la realidad de su época, combatió el retraso, el
inmovilismo y la corrupción política. Está dentro del romanticismo liberal.
Consideró que la prensa era el mejor medio para divulgar su afán modernizador.
Obra: Primeramente estrenó
el drama titulado “Marcías” y publicó una novela histórica “El doncel de don
Enrique el Doliente”. Aunque su obra principal sean sus artículos que son
breves piezas satíricas que critican la sociedad, la política y las costumbres
de la época. Su romanticismo se aprecia en la visión amarga y pesimista del
amor, de la existencia humana y del problema de españa.
·
Gustavo Adolfo Becquer (1836,1871) En realidad su nombre era
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, Becquer era el apellido de sus antepasados.
Nació en Sevilla el año 1836, ya estaba muerto el rey Fernando VII, no le dio
tiempo y tuvo que ser romántico en el realismo. Se traslado a Madrid donde
trabajó como periodista y funcionario. Tuvo un matrimonio desafortunado con
Costa Esteban. Se enamoró de varias mujeres a quienes evoca en sus poemas y
relatos. Vivió períodos de penurias económica y murió en 1871 a causa de una
enfermedad pulmonar. Se ha convertido en el símbolo del romanticismo subjetivo
e intimista. Se trata de un poeta lírico por excelencia. Sus penurias
económicas, le llevaron a componer una serie de poemas sensibles, delicados e
íntimos, de formas sencillas y conmovedoras. Su obra se publicó en revistas y
diarios de la época, pero su producción poética no vio la luz hasta después de
su muerte. Fue una recopilación que hicieron sus amigos más íntimos y publicada
con el nombre de “Rimas”. Las “Rimas” son poesías breves de tono popular y gran
musicalidad, centrados en dos temas:
El amor y la poesía.
“Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé
que te diera por un beso!” Por su temática, las “Rimas” suponen una
honda mirada hacia el mundo interior del poeta. Los temas eran:
La desesperación, la angustia y la muerte.
En prosa escribió también, por un lado “Cartas desde mi celda” y
“Leyendas”. Ambas están realizados siguiendo los gustos románticos.
Las “Leyendas”: es un libro de cuentos, recogidos de las
tradiciones populares, que el autor enriquece con elementos fantásticos y
poéticos. Becquer tenía el propósito de dar a conocer las tradiciones españolas
y evitar que cayeran en el olvido. De esas “Leyendas” las famosas son “El monte
de las ánimas” y “Maese Péret el organista”. Aquí se ve que ensalza lo castizo.
Las “Leyendas” están ambientadas en la Edad Media o en lugares exóticos. Nos
introduce en el mundo de lo misterioso y lo sobrenatural, donde se confunde lo
real con lo irreal. Tanto por su lenguaje como por su lirismo, las “Leyendas”
pueden considerarse verdaderos poemas en prosa.
·
José de Espronceda (1808, 1842) Nació en 1808 en la provincia de
Badajoz (Extremadura). Es el principal exponente del romanticismo
revolucionario en su país. Cuando tenía 15 años, fundo la sociedad secreta
llamada “Los numantinos”, para luchar contra el absolutismo. Fue condenado y
posteriormente indultado, dada su edad. Tuvo una agitada vida política y
amorosa. Tuvo que exiliarse a varios países: Portugal, Inglaterra y Francia.
Conoció directamente el romanticismo Europeo. Durante su exilio en Portugal, se
enamoró de Teresa Mancha a la cual raptó aun estando casada. Murió en Madrid en
1842, es el poeta de los grandes efectos del entusiasmo y de la desesperación.
El pesimismo y el desengaño predominan en su obra.
Obra: cultivó la poesía
narrativa (no se sabe si es prosa o poesía). “Pelayo” (fue el que inició la
reconquista contra los musulmanes). Esta obra trata sobre la reconquista.
También cultivo la poesía lírica (poesía pura). Escribió poemas amorosos,
patrióticos y libertarios. Mención especial merecen los poemas dedicados a
personajes marginales: mendigos, verdugos, presos condenados a muerte y sobre
todo Piratas. En todos los poemas expresa sus sentimientos de libertad y
rebeldía. Sus grandes poemas son, por ejemplo “El estudiante de Salamanca”. Es
una leyenda con ecos danjuanescos a la que se mezclan la angustia romántica con
lo sobrenatural. El estudiante presencia su propio entierro y se casa con el
esqueleto de su amada. La siguiente obra es “El diablo mundo”. Es un poema
simbólico sobre la existencia. Dentro de esta obra hay una elegía tras la
muerte de su amor, llamado “El canto a Teresa”.
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